Mireia Nieto, genealogista responsable de www.tataranietos.com, especialista en genealogía contemporánea y transgeneracional, y autora del libro Nuevas Genealogías ha colaborado con nosotros en esta entrada del blog en la que nos cuenta su visión sobre cómo puede representar una persona adoptada su árbol genealógico, un tema muy discutidos por los padres adoptivos en internet, y cómo incluir o no a ambas ramas de al familia, la biológica y la adoptiva.
El árbol genealógico de los adoptados
Todos tenemos una genealogía, esta puede ser más o menos conocida, reconocida, validada y pública pero todos los seres humanos tenemos árbol genealógico. Es por eso que en algún momento de nuestra vida aunque sea un instante fugaz y pasajero nos interrogamos sobre nuestro árbol genealógico y nos planteamos quién debe aparecer en él.
Sé que las personas adoptadas tienen una gran necesidad de hablar, reflexionar sobre sus orígenes biológicos, muchos investigan, buscan y a veces no consiguen encontrar apenas datos sobre sus progenitores y otros familiares genéticos lo cual les aleja de su genealogía. Es decepcionante, frustrante y triste que algo tan importante como es la propia génesis y el concepto de familia sea una fuente de inquietud y desasosiego.
Parto de la idea de que una presunta ascendencia biológica y heterosexual no equivale a un mejor conocimiento de los orígenes. Llegar a la vida a través del coito heterosexual de tus padres no garantiza a una persona hacerse menos preguntas sobre por qué tiene esa precisa familia buena, mala o regular, por qué está vivo y porque le ha tocado ser protagonista de determinadas circunstancias familiares de abandono, violencia o desamparo.
Las preguntas, respuestas y especulaciones son una parte fundamental de la identidad de un adoptado cierto, pero no deberían sentirse solos teniendo estas inquietudes, no son las únicos que hacen de la cuestión de los orígenes algo identitario, otras personas no adoptadas también se cuestionan su historia familiar como por ejemplo aquellos que saben que su madre tuvo una relación sexual consentida o no con un desconocido y los que han nacido gracias a técnicas de reproducción asistida (sobre todo las que necesitaron de donación de gametos o embriones).
Los adoptados tienen dos ramas que investigar, sus orígenes biológicos a través de charlas con sus padres, familiares, servicios sociales, ECAIS, viajes a sus lugares de origen y pruebas de adn y la historia de su familia adoptiva que casi siempre puede ser investigada a través del método genealógico tradicional que consiste principalmente en buscar documentación en archivos y registros. Por cierto, conozco varios casos de adoptados que han llegado muy lejos en el tiempo en su rama no biológica en contraposición con lo poco que saben de sus parientes genéticos.
¿Y si no apetece incluir a los parientes con los que compartimos adn en nuestro árbol genealógico?
Siempre que no nos mintamos y engañemos a otros nadie puede exigirnos nada. Creo que los árboles genealógicos siempre son subjetivos y por lo tanto tienen que ser flexibles y en ellos deben aparecer quién sintamos que tiene derecho a hacerlo o aquellos que tiene sentido poner por su especial relevancia en nuestras vidas como progenitores, familiares colaterales, descendientes pero también ex-parejas, amigos y mascotas si uno quiere.
Ahora bien, todos los especialistas en adopción recomiendan acertadamente dar un espacio a los progenitores/padres biológicos se tengan pocos o muchos datos o estemos enfadados con ellos. Es sano, por mucho que nos remita al dolor que su ausencia temprana nos produjo. No podemos cambiar el pasado pero sí está en nuestras manos reflejarlo, estudiarlo y tratar de entenderlo para así reconciliarnos con nuestras tristezas y frustraciones más dolorosas.
Por otra parte, cuando el árbol genealógico es producido por y para un adulto la libertad es absoluta pero cuando el árbol genealógico es para una criatura o compartido con ella tenemos la responsabilidad de organizarlo con más mimo y escoger con sentido común a las personas e información que aparece en la genealogía. Si el niño tiene edad suficiente deberíamos preguntarle quién cree que forma parte de su familia.
En mi libro Nuevas Genealogías, dedico uno de los capítulos a hablar sobre adopción (puedes leer el primer capítulo gratis) y en mi web puedes descargar dos plantillas, la primera para adoptados que apenas tienen información de su familia de origen y la segunda para adoptados que sí la tienen.
Todos tenemos una genealogía, esta puede ser más o menos conocida, reconocida, validada y pública pero todos los seres humanos tenemos árbol genealógico. Es por eso que en algún momento de nuestra vida aunque sea un instante fugaz y pasajero nos interrogamos sobre nuestro árbol genealógico y nos planteamos quién debe aparecer en él.
Sé que las personas adoptadas tienen una gran necesidad de hablar, reflexionar sobre sus orígenes biológicos, muchos investigan, buscan y a veces no consiguen encontrar apenas datos sobre sus progenitores y otros familiares genéticos lo cual les aleja de su genealogía. Es decepcionante, frustrante y triste que algo tan importante como es la propia génesis y el concepto de familia sea una fuente de inquietud y desasosiego.
Parto de la idea de que una presunta ascendencia biológica y heterosexual no equivale a un mejor conocimiento de los orígenes. Llegar a la vida a través del coito heterosexual de tus padres no garantiza a una persona hacerse menos preguntas sobre por qué tiene esa precisa familia buena, mala o regular, por qué está vivo y porque le ha tocado ser protagonista de determinadas circunstancias familiares de abandono, violencia o desamparo.
Las preguntas, respuestas y especulaciones son una parte fundamental de la identidad de un adoptado cierto, pero no deberían sentirse solos teniendo estas inquietudes, no son las únicos que hacen de la cuestión de los orígenes algo identitario, otras personas no adoptadas también se cuestionan su historia familiar como por ejemplo aquellos que saben que su madre tuvo una relación sexual consentida o no con un desconocido y los que han nacido gracias a técnicas de reproducción asistida (sobre todo las que necesitaron de donación de gametos o embriones).
Los adoptados tienen dos ramas que investigar, sus orígenes biológicos a través de charlas con sus padres, familiares, servicios sociales, ECAIS, viajes a sus lugares de origen y pruebas de adn y la historia de su familia adoptiva que casi siempre puede ser investigada a través del método genealógico tradicional que consiste principalmente en buscar documentación en archivos y registros. Por cierto, conozco varios casos de adoptados que han llegado muy lejos en el tiempo en su rama no biológica en contraposición con lo poco que saben de sus parientes genéticos.
¿Y si no apetece incluir a los parientes con los que compartimos adn en nuestro árbol genealógico?
Siempre que no nos mintamos y engañemos a otros nadie puede exigirnos nada. Creo que los árboles genealógicos siempre son subjetivos y por lo tanto tienen que ser flexibles y en ellos deben aparecer quién sintamos que tiene derecho a hacerlo o aquellos que tiene sentido poner por su especial relevancia en nuestras vidas como progenitores, familiares colaterales, descendientes pero también ex-parejas, amigos y mascotas si uno quiere.
Ahora bien, todos los especialistas en adopción recomiendan acertadamente dar un espacio a los progenitores/padres biológicos se tengan pocos o muchos datos o estemos enfadados con ellos. Es sano, por mucho que nos remita al dolor que su ausencia temprana nos produjo. No podemos cambiar el pasado pero sí está en nuestras manos reflejarlo, estudiarlo y tratar de entenderlo para así reconciliarnos con nuestras tristezas y frustraciones más dolorosas.
Por otra parte, cuando el árbol genealógico es producido por y para un adulto la libertad es absoluta pero cuando el árbol genealógico es para una criatura o compartido con ella tenemos la responsabilidad de organizarlo con más mimo y escoger con sentido común a las personas e información que aparece en la genealogía. Si el niño tiene edad suficiente deberíamos preguntarle quién cree que forma parte de su familia.
En mi libro Nuevas Genealogías, dedico uno de los capítulos a hablar sobre adopción (puedes leer el primer capítulo gratis) y en mi web puedes descargar dos plantillas, la primera para adoptados que apenas tienen información de su familia de origen y la segunda para adoptados que sí la tienen.
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Hola amigos .... Aquí está otra oportunidad para que usted adopte a un niño
ResponderEliminarHola soy Revrend Marcus y necesitamos urgentemente nuevos adoptantes para proporcionar una familia cariñosa. Personas de todos los ámbitos de la vida pueden adoptar niños, pero en particular estamos buscando padres adoptivos que serán capaces de satisfacer las necesidades de un niño. Como todas las familias, las familias adoptivas vienen en todas las formas y tamaños. Nuestra iglesia tiene un centro de hogar de orfanato, donde puede adoptar niños de 0-11 años de edad. Tenemos conjunto de gemelos y niños y niñas. Christ Chosen Iglesia de Dios Misión fue fundada 1981, mientras que el centro del bebé orfanato fue fundador de 2005. Dios te bendecirá si usted viene a nuestra iglesia hoy para adoptar un bebé de nosotros. Así que si estás pensando en iniciar el proceso de adopción, ponte en contacto con nosotros en:
Christchosenorphanage@gmail.com
Me parece que ustedes no han comprendido absolutamente nada del transgeneracional ni de la genética ni de nada.
ResponderEliminarConocí a mi familia con 32 años y les aseguro que el transgeneracional que heredamos, así como la genética, es obviamente, el.biologico como todos los humanos.
En todo caso es a la "familia" adoptiva a la que no se incluye en el árbol genealógico.
Incluiría usted a esa vecina que la cuidaba de pequeño en su árbol?
Donde queda ese amor y toda ternura que nace desde el momento que tienes en tus brazos un bebe de 3 meses de nacido, quien tu hijo la acepta como suya por 12 años y que tú como abuela la disfrutaste cuando tus propios nietos estaban fuera del país. Ese amor creo y perdura, más cuando el cariño es recíproco.
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