En esta ocasión os
presentamos una resumen de una charla de Francesc Torralba Rosselló organizada
por el ICAA (Institut Català de l’Acolliment i l’Adopció), organismo responsable
de las adopciones en Cataluña y sobre los Dilemas Éticos de la Adopción.
Francesc Torralba es Doctor en
Filosofía y en Teología. Dirige la cátedra ETHOS de la Universidad Ramón Llull
dedicada a la ética de las organizaciones. Es profesor de ética en esta universidad e imparte
cursos en otras universidades en España y distintos países de Sud-América. y
forma parte de distintos comités de ética, uno de ellos es Aldeas Infantiles SOS
que acoge menores en situación de vulnerabilidad social.Ha escrito más de cincuenta libros y parte de su obra
ha sido traducida al francés, al alemán y al italiano. Imparte cursos y
conferencias por todo el mundo y asesora a distintas organizaciones no
lucrativas. Entre sus últimas publicaciones, El arte de saber escuchar, El sentido de la vida y Sosegarse en un mundo sin
sosiego. Es además padre adoptivo, junto
a su esposa, de un niño procedente de Ucrania adoptado a los 4 años de
edad.
El Dr. Francesc Torralba
empezó la charla comentando los tres puntos de vista cómo afrontaba el trato de
la adopción, en primer lugar como teórico y profesor de ética, pero también como
padre adoptivo, hecho que hacía que lo llevara a un ámbito personal, y por otro
lado como profesional miembro de comités de ética de asociaciones relacionadas
de una o otra manera con el acogimiento y con la adopción.
Comentó que hay muchas formas de
adoptar, intenciones muy diversas, y que los padres adoptivos se enfrontan en
muchas ocasiones con dilemas de los que solo pueden hablar entre ellos, tanto
durante el proceso de formación como durante la adopción y la post-adopción.
Habló sobretodo sobre adopción internacional, sobre los problemas éticos a los
que se han enfrontado los padres y madres adoptivos durante sus procesos, sobre
como se ha informado sobre el menor y sus características, sobre cómo se ha
llevado a cabo el proceso, etc...
Cuando uno se plantea la ética de una
cuestión se plantea el fin y la forma. En principio la adopción
sería una acción buena, ya que su fin es ofrecer una familia a un menor que no
la tiene, un menor que necesita para desarrollarse correctamente un entorno de
acogida que no se le puede dar en su país de origen. El hecho de que haya
personas dispuestas a abrir su puerta a un extraño debe clasificarse de bueno,
sin embargo debe profundizarse en las intenciones y la forma cómo se realiza esta
adopción. Puede darse el caso que la adopción en si sea un acto bueno pero la
forma cómo se realiza no lo sea.
Puso como ejemplo el hecho de educar,
educar en sí es algo bueno, pero si se utiliza la discriminación por sexo, o no
se permite entrar en las escuelas a los niños negros, o se insulta y se utiliza
la violencia para educar, la forma en la que se ejerce deja de ser buena. Si el
fin de educar es adoctrinar, convencer a otro de mi ideología o convertirlo en
lo que yo quiero, la acción de educar deja de ser ética también.
Todas las personas que deciden adoptar deben
reflexionar sobre las razones por las que quieren adoptar y deben reflexionar
sobre cómo. Comentó que muchas personas que llegan a la maternidad o paternidad
biológica no hacen una reflexión sobre ello, muchos llegan allí porque toca sin
reflexionar sobre lo que implica esta maternidad o paternidad.
El fin principal de la adopción debería ser dar una
familia, un tiempo y un espacio, a un menor para que pueda desarrollarse. Puede
haber muchas otras motivaciones, tener un hijo que por la vía biológica no ha
llegado, llenar un vacío, conseguir gratitud o compensación... pero estos
deberían ser fines secundarios o a posteriori pueden generar muchos problemas en
la familia.
La finalidad final de todo el proceso de adopción, el
tiempo y el espacio ofrecido, es que los niños y niñas crezcan y sean autónomos
para poder emanciparse.
Sobre la forma, hay diversas fases. Una de ellas la etapa
pre-adoptiva, la que implica la obtención de la idoneidad. ¿Cuales deben ser los
elementos para discernir si una persona es apta o no para adoptar a un menor? Si
hay adopciones frustradas y procesos de ruptura de la familia, es porque esta
idoneidad no se dio con el suficiente rigor. A muchas familias les molesta este
proceso, esta burocracia, el dinero que supone, mientras hay un niño o niña
esperando. Pero este proceso de idoneidad es necesario y debe ser riguroso, no
un puro trámite sino un proceso de análisis a fondo ya que puede servirnos para
reflexionar sobre el fin que nos lleva a adoptar un menor y este
autoanálisis que nos permitirá evitar futuros problemas.
Otra cuestión es ¿en que momento debe dar el menor su
consentimiento a esa adopción? En algunos países a partir de una edad el menor
debe dar el consentimiento a la adopción, puede negarse, pero ¿cuando es un
menor suficientemente consciente de todo lo que implica? ¿puede entender las
consecuencias para su futuro si se niega?
Habló también sobre el tema de los "catálogos" de niños y
niñas que se encuentran en algunos países, en los que los padres y madres
escogían (o escogen) el menor en función de una fotografía con un informe que
pocas veces pueden llegar a entender. Los menores menos agraciados o con alguna
malformación, o los más mayores, no salen de los orfanatos. Esto vulnera los
principios fundamentales de la ética que hay en la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre. ¿Qué tipo de paternidad o maternidad es esta? El fin no es
satisfacer la necesidad de los padres de tener una niña, de tener un bebé de una
edad determinada, de unas características físicas determinadas, sino que el fin
es dar un hogar a un menor. ¿Con los hijos biológicos se siguen los mismos
razonamientos? Los deseos pueden ser legítimos, pero el fin deja de ser ético.
Si una vez adoptado y en casa resulta que tiene un problema de salud que no
salía en el informe ¿qué harán estos padres? ¿Llevarlo a la puerta de le
Generalitat o asumirlo como harían con un hijo biológico?
En resumen, respecto a la forma, la adopción es ética
cuando nadie es obligado a adoptar, la adopción debe ser un acto libre para
poder considerarse ético, respeta la decisión del menor cuando sea capaz de
darla, y cuando respeta la equidad, los padres deben tener derecho a adoptar y
los niños y niñas deben tener derecho a ser
adoptados.
Otro proceso que genera
muchos debates es el de la integración. En el momento de adoptar un niño o niña
de otro país, que procede de otra cultura, con otra lengua, otras costumbres...
¿no se le está robando su identidad? Nosotros lo acogemos con una herramientas
culturales, toda la riqueza cultural previa que pueda tener el niño o niña,
sobretodo en niños algo más mayores, ¿debe mantenerla? En algunas ocasiones el
menor rechaza este pasado ya que le recuerda episodios dolorosos vividos e
insistir le genera un dolor ¿debe intentar mantenerse en este caso? La
integración en la familia no debe tratarse de la exclusión del pasado y su
anterior identidad, sino mantener y desarrollar estas dos identidades, sobretodo
si no resulta perjudicial para el menor.
Otro de los debates es
referentes a la revelación de la verdad que debe ser desde el inicio en la
medida que lo pueda digerir. Si se miente al niño o niña para evitar su
sufrimiento, siempre llega un momento en el que descubre la verdad. Todo el
mundo tiene derecho a conocer sus orígenes, y es bueno que los conozca lo antes
posible, ya que no hay identidad sin memoria. Es posible que no los conozcamos y
solo podemos hablar de lo que sabemos, o a veces lo que sabemos es muy difícil
de digerir. En este último caso se trata de decirle la verdad pero de forma que
pueda ir digiriéndola.
En todo el proceso
post-adoptivo, después de la adaptación, se general otros debates, por ejemplo
la celosía entre hermanos adoptados y biológicos. No es solo la celosía normal
entre hermanos, que deben compartir espacio, juguetes, padres, etc... Sino que
el hijo adoptado tiene otros extras. Un hijo o hija adoptado cuando llega a la
familia quizás necesita atención especial, puede necesitar más tiempo, puede
necesitar ir al médico o otra ayuda de profesionales. Además debe aprender
nuevos hábitos y quizás los padres deben ser más permisivos que con los hijos
que ya tienen. Todo esto genera agravio comparativo que acaba generando un
rencor entre los hermanos.
Concluyó diciendo que
respeta las personas que han decidido que no pueden asumir la adopción,
refiriéndose a las adopciones truncadas, pero debe evitarse que esto se repita.
Es necesaria la rigurosidad en el proceso de idoneidad y el soporte psicológico
y terapéutico a la familia antes de llegar a la ruptura.
Consideró básico crear
bancos o depósitos de experiencias, que pueden ser muy útiles para otras
familias que pasan por lo mismo, sobretodo de experiencias que no son tan
buenas, y permitan ver cómo otras familias han actuado ante los mismo problemas
y que soluciones o no han encontrado.
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me encanto esta publicacion
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