El pasado día 18 de junio tuvo lugar una charla organizada por el ICAA (Institut Català de l'Acolliment i l'Adopció), organismo encargado de la adopción en Cataluña, dentro de las actividades que desarrolla para la formación y ayuda a las familias en temas de post-adopción. En este caso la charla la dio Marta San Martino Pomés, psicóloga de la Fundación Vidal i Barraquer, entidad encargada de la formación de familias para la adopción internacional y especializada en terapia para niños, niñas e adolescentes adoptados. En la charla se trataba el tema de cómo tratar los orígenes del menor y cómo afecta en la formación de su identidad.
La charla podrá encontrarse pronto (esperamos) colgada en internet, aunque solo en catalán. Aquí os hacemos llegar un resumen comentado por una de nuestras usuarias de la web que pudo asistir a la misma.
La charla, que duró dos horas, se hizo corta y se quedaron muchos temas por hablar pero fue muy amena y, aunque con algunos aspectos más teóricos, principalmente práctica cosa que agradecieron muchos padres de los que estaban allí.
Marta San Martino empezó hablando de la tríada de la adopción: padres, hijo, progenitores biológicos. Aclaró que más tarde trataría el tema de cómo nombrar a los progenitores y cual era el nombre que ella consideraba mejor para hacerlo, aunque como siempre cada caso es diferente.
Para quien no esté familiarizado con el término tríada de la adopción se habla de ello en referencia a que el niño o niña tiene unos padres (los adoptivos) que realizan las funciones de padres sociales y son los que reconoce como a su familia y, además, tiene unos padres biológicos, que en algunos casos han realizado funciones de padres sociales pero no en todos, y que son los que le han dado la vida y sus características físicas. A partir de aquí el menor forma su identidad. Además existe una relación, aunque no sea física, entre los padres adoptivos y los biológicos.
Aunque al charla no trataba sobre la creación del vínculo ni del apego, siguió tratando este tema ya que cómo comentó antes de tratar los orígenes es fundamental haber creado un vínculo seguro. En este momento leyó una cita de R. Grinberg en la que se explicaba que, aunque el miedo a ser abandonado por los padres lo tienen todos los niños y niñas, para los niños y niñas adoptados esto no es una fantasía ya que ya les ha ocurrido antes. Habló del abandono como nexo común a todos los adoptados, ya que antes de ser adoptados han sido abandonados y es esto lo que crea el vacío y no la adopción (que debería ser la cura a este abandono). Habló de el duelo que deben hacer estos niños y niñas por este primer abandono y leyó otra cita, en esta ocasión de Fabrice Delfieu y Joëlle Gravelainel que decía que no se puede construir una identidad sobre el vacío.
A partir de estos temas, el vínculo, el abandono y el duelo dijo varias cosas interesantes sobre cómo hablar y cuando a los niños y niñas sobre sus orígenes.
Comentó que un niño o niña que pregunta lo hace porque se siente seguro, ya que su vínculo con los padres le da seguridad y aunque sepa la respuesta sabe que tiene suficiente fuerza para soportarla. Que un niño que no pregunta, o el que pregunta pero no lo pregunta todo, crea sus fantasías sobre su familia y el abandono y que estas fantasías son siempre destructivas, por ello es importante hablar con el niño o niña, crear una buena comunicación, ya que hacerlo ayuda a poner límite a estas fantasías destructivas.
Es importante que los padres adoptivos sepan que cuando el niño o niña pregunta no lo hace porque busque unos padres sino que lo hace para llenar un vacío, el hueco que le falta para crear su identidad. Es importante que los padres incluyan a la familia biológica en las respuestas que dan a las preguntas (y que respondan lo que se les pregunta, no hace falta dar toda la información en la primera pregunta...).
Entonces empezó a hablar sobre las distintas etapas en al infancia y adolescencia de la persona adoptada y cómo entiende la adopción y los orígenes en cada una de las etapas, poniendo ejemplos reales y tratando preguntas reales que se hacen los niños y niñas.
La primera fase de la que habló fue la etapa hasta los 3 años, en la que el niño o niña oye hablar de la adopción a los adultos, ve fotos o vídeos de cuando se le fue a buscar, se le leen cuentos... y vive la adopción como algo anecdótico.
A partir de los 4 años empieza una segunda fase, que ella dividió en dos, la primera hasta los 9 años y la segunda durante la adolescencia. En esta segunda fase la adopción la vive el niño o niña como un hecho esencial consecuencia del abandono.
En la primera parte de esta fase, hasta los 9 años, comentó que debe ponerse palabras a los sentimientos o preguntas del niño de forma que se pueda reconducir ese sentimiento de abandono, no decir mentiras nunca , solo contando las cosas que sabemos seguro que sucedieron. Debe quitarse la culpa al niño o niña de ese abandono y evitar los juicios de valores.
Es importante durante esta etapa hablar del deseo de los padres de tener un hijo o hija, reafirma la exclusividad (eras tú y no otro niño) pero sin usar la palabra escoger ya que eso puede llevar al niño o niña a pensar que si fue escogido puede ser rechazado.
Antes de los 9 años recomendaba filtrar los datos que puedan ser complicados o difíciles de entender, no engañar pero si proteger.
Durante esta parte comentó como consideraba que debía llamarse a la madre biológica, entendía que progenitora era un palabra compleja para usarla con un niño o niña pequeña, pero tampoco consideraba que usar la palabra madre fuera la mejor opción, ya que comentó, para un niño entender que tiene dos madres puede ser algo demasiado complejo de entender. Sugirió que se usara la palabra siempre con un adjetivo detrás (la madre de etiopia, la madre biológica, ...) o la mujer que te llevó en la barriga o la mujer que te dio la vida, y dejar el nombre madre para la madre adoptiva.
Hablaba siempre de casos de niños y niñas adoptados de muy pequeños sin recuerdos o relación con los padres biológicos.
Cuando habló de la segunda etapa de esta fase, la adolescencia, comentó que en ese momento la familia biológica pasa a un primer plano. En cualquier adolescencia el niño o niña debe elaborar un duelo por el cuerpo infantil que pierde para convertirse en adulto y también la personalidad infantil que pierde para convertirse en adulto. En el caso de los adoptados, habló especialmente del caso de las adopciones transraciales, el niño o niña no tiene un modelo (físico) de a quien va a parecerse como adulto y en cuanto a su personalidad influyen tanto los padres adoptivos como sus fantasías (y las de los padres adoptivos) sobre qué parte de su personalidad está vinculada a la biología.
Todos estos cambios vuelven a ser vividos como un pérdida, y muchos niños y niñas adoptados viven muy mal todas las pérdidas.
Durante la adolescencia las personas suelen buscar a sus iguales en el grupo de amigos en su búsqueda por separarse de sus padres, pero puede pasar en los hijos adoptivos que también en el grupo de amigos se sientan diferentes (no hay más personas de otras etnia, no hay más adoptados, no hay más personas que hayan pasado por lo mismo...). Comentó que era importante saber con qué personas se relacionaban ya que habían tratado casos de adolescentes que se relacionaban con grupos de personas de su mismo origen, pero no adoptados, y el choque había sido incluso mayor ya que culturalmente no tenían ninguna relación.
Durante la adolescencia es cuando hay más riesgo de fracturación familiar y habló que algunos adoptados en esta fase entran en una rutina de autoabandono (antes que me abandonen abandono yo) dejando de relacionarse, encerrándose en ellos mismos, dejando los estudios, etc... Los padres deben acompañar durante esta etapa y pensar que tarde o temprano pasará, y si es necesario pedir ayuda a profesionales.
También es una etapa en la que muchos adoptados pueden echar en cara cosas a sus padres adoptivos: ¿porque me adoptasteis? ¿porque no disteis dinero a mi madre para que me quedara? ¿porque me cambiasteis el nombre? Comentó que ante estas preguntas es importante transmitir que hubo una reflexión detrás del hecho de adoptar y que seguramente nos hemos equivocado en algunas ocasiones como padres, pero que las decisiones que tomamos las tomamos porque pensamos que era lo mejor en ese momento.
Sobre hablar de los orígenes en esta etapa comentó que no debe darse nueva información durante la adolescencia y todo lo que no se haya contado antes debe esperar a que pase. Dijo que algunos temas puede que no deban comentarse hasta mucho más tarde, cuando el adulto adoptado sea capaz de asumirlo.
Tampoco era partidaria de los viajes al país de origen, comentando que mejor dejarlo para mucho más tarde y siempre con mucha preparación, que puede no ser necesario hacerlo nunca. Aunque si que fue partidaria que los padres adoptivos indagaran y buscaran información para tenerla cuando fuera conveniente darla.
También puede interesarte:
Cuentos y novelas infantiles para trabajar identidad y autoestima
Cuentos y novelas infantiles para afrontar la pérdida y la muerte
Cuentos infantiles para hablar sobre el abandono y la negligencia en el cuidado de menores
Cristina: en la adopción "las no verdades on tan perjudiciales como las mentiras"
Resumen: Charla sobre adopción transracial (organizada por el ICAA)
Yo estuve en la charla, estuvo bien en general pero siempre sabe a poco y estaba muy centrada en adopción de niños/as muy pequeños y sobretodo por familias del tipo más tradicional (padre/madre). Aunque desde el principio dijo que cada caso debe verse por separado pues hay cosas que no comparto.
ResponderEliminarYo nunca he usado la palabra progenitor, ni creo que al use... En la conferencia la psicóloga comentó que no le parecía bien usar la palabra madre o padre para hablar de los padres biológicos, qeu siemrpe debía ir acompañado de algún adjetivo y que era mejor deci "señora que te llevó en la barriga". Que para un niño e smuy complejo y difícil entendre uqe pueda tener dos madres.
Yo uso madre y padre (bueno en catalán), yo soy mama y papá no tiene. Él habla de madre y padre, alguna vez dice madre de marruecos, nunca dice mamá por ejemplo.
Mi lógica fue que si una niño con dos madres (familia homoparental) puede entender que tiene dos madres (mamá, madre, mare, ama... o el nombre que de llamea a cada una), también mi hijo podría entender que yo soy su madre y hago unas funciones y que en algún momento tuvo otra madre que hizo unas funciones y que no hace las que hago yo en estos momentos. Luego que si hay hijos que han perdido a la madre al nacer pero saben qeu tuvieron una madre que los llevó en la barriga y saben que existe y lo entienden, también podría entender que él tuvo su madre aunque no la conozca y no sepamos nada.
Por ejemplo hay un cuento que rueda mucho por internet, La madre, que empieza como algo así "había una vez dos mujeres que no llegaron a encontrase, a una no la conoces y a la otra la llamas mamá"... y en ese cuento madres son las dos, aunque de distinta manera.
Recomendó no viajar al país de origen, sobretodo no hacerlo durante la adolescencia y dejarlo para lo más tarde posible...
Nosotros hemos ido dos veces... y yo lo considero como un viaje muy positivo, poder poner realidad a las fantasías que se monta mi hijo... lo hicimos con mucho cariño y en ambos fuimos al orfanato, en el segundo pasamos un mes y mi hijo disfrutó muchísimo en la casa cuna jugando con los niños, se quedó a comer un par de días y se hubiera quedado a dormir si le hubiera dejado...
Gracias por tus comentarios, seguro que son muy útiles también a otras familias
EliminarHemos hecho una recopilación de cuentos y novelas juveniles en los que se habla de adopción y se habla también de los orígenes, los padres biológicos, etc... Y esperamos que os sirva de ayuda para empezar (o continuar) tratando el tema con vuestro shijos e hijas.
ResponderEliminarhttp://adoptivanet.info/encasa/adopteca-juvenil-origenes.php