En esta ocasión os presentamos la traducción de una artículo publicado en el New York Times por una adoptada adulta, Nicole Soojung Callahan. El artículo se titula "Explicar la adopción a mi hija biológica" y podéis leerlo en inglés en el siguiente enlace.
Como siempre que traducimos un texto, éste no representa las ideas de la web o de las personas que participan en este blog, únicamente lo traducimos para que sirva de reflexión y para mostrar distintos puntos de vista a diferentes situaciones relacionadas con la adopción.
Como siempre que traducimos un texto, éste no representa las ideas de la web o de las personas que participan en este blog, únicamente lo traducimos para que sirva de reflexión y para mostrar distintos puntos de vista a diferentes situaciones relacionadas con la adopción.
“Mamá, ¿qué significa adoptado?” me preguntó mi hija el
año pasado, con gran sorpresa por mi parte. Por alguna razón me chocó incluso
que ella conociera esa palabra. Por supuesto no podía saber lo que significaba,
ya que yo nunca le había explicado el significado de la palabra, ni le había
dicho que yo era adoptada – aunque como adoptada, mi familia y mi vida se ha
formado a través de la adopción, y saberlo es algo que siempre he dado por
sentado.
Mi primer instinto fue probar de cambiar de tema o
posponer la explicación. Pero era una conversación que sabía que no podía
posponer sin fallar un examen fundamental de paternidad. El problema era que no
podía recordar ninguna conversación con mis padres durante mi infancia que
pudiera servirme de modelo.
Mis padres siempre parecieron dubitativos de al hora de
hablar sobre mi adopción. Mi madre me decía: “Tu eres nuestra (hija), y eso es
todo lo que importa”. Mi padre quizás decía: “A nosotros no nos importaba si era
asiática, negra o violeta con lunares.” Bromeábamos sobre el hecho que no nos
parecíamos, que el resto de personas sintiera curiosidad, que algunas veces
hubiera preguntas invasivas sobre ellos. Estábamos todos unidos en querer que
nuestra familia fuera vista como una familia normal. Pero mientras mis padres
parecían no dar pensar mucho en mi adopción, en mis desconocidos padres
biológicos, o al hecho que yo era una niña coreana criada por una familia blanca
en una ciudad donde predominaban los blancos; yo siempre fui consciente de estas
cosas y pensaba en ellas constantemente.
La adopción nunca es simple. Incluso después de
reencontrarme con mi familia biológica, existen aun un montón de cosas que
desconozco. Como por ejemplo cómo explicar la adopción a mi hija de 4 años.
“La adopción es cuando un niño necesita a alguien para
ser su mamá o papá, y alguien quiere cuidar de él,” empecé. “En vez de nacer de
mis padres, nací de otros padres, y entonces le abuelo y la abuela me adoptaron
cuando era un bebé y cuidaron de mi.” No fue una definición perfecta o completa
de lo que significa adoptar, simplemente fue cómo decidí empezar.
Sabía que debía tener esta información dado que mi
adopción afecta, y seguirá afectando, a nuestras vidas. Pero cuando la
vi fruncir el ceño, incapaz de ocultar su preocupación, me culpé a mí misma por haber puesto esa mirada en su cara. No había pensado en cómo de extraña y aterradora podía sonar esa
sencilla explicación. No creo siquiera que ella pudiera imaginar que unos padres
quizás no se queden su bebé.
“¿Me van a
adoptar a mi también?” preguntó.
“No,” dije.
“La mayoría de los niños, como tú, viven con los padres de los que han nacido.
Pero algunos, como mamá, son adoptados por otros padres también. Tú siempre
serás mía y de papá.”
“Apuesto a
que te gustaba más tu primera mamá,” me dijo. “Porque a mi me gustas más
tú.”
“No recuerdo
a mi primera madre,” dije. “nunca nos encontramos. Pero conoces a Haraboji? Él
es mi primer padre, y es el padre de la tía Cindy también.”
Hablamos
sobre adopción muy a menudo ahora. Algunas veces yo saco el tema. Algunas veces
lo hace ella. Cada vez que tiene nuevas preguntas intento contestarlas de forma
sencilla pero honesta. “Por qué el abuelo y la abuela no tuvieron su propio
bebé?”(Lo probaron pero no pudieron.) ”¿Hablabais por Skype la tía Cindy y tu
cuando erais pequeñas y no vivíais juntas?”(No, la tía Cindy y yo no nos
conocimos hasta que fuimos adultas.). ”¿Tus primeros padres te echaban de menos?”
(Algunas veces - creo que si lo hicieron.)
Me digo a mi
misma que estas conversaciones son buenas, son necesarias. Mi hija debe conocer
sobre la adopción y cómo ha dado forma a mi vida, y a la suya por extensión. Me
digo a mi misma que ella sabe que yo siempre seré su madre, la que se ocupa de
ella. Solo empieza ahora a entender qué es la adopción. Un día espero que va a
ser capaz de hablar también con otras personas – mi padres, otros padres
biológicos, otros adoptados. Un día espero que será capaz
de entender las complejidades de
la adopción.
Sin embargo, a veces no puedo evitar pensar que no
debería haber hablado con ella por el momento. Me preocupa que respondiendo a la
primera inocente pregunta sobre adopción y hablándole de mi propia
experiencia a un niño tan pequeño, le haya dado nuevos motivos de preocupación.
Antes de hablarle de mi adopción, no había tenido ninguna razón para considerar
cómo sería ser abandonada, o dada a otras personas. Ahora lo
hace.
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Cuentos para hablar de adopción
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