9/9/13

explicar la adopción a mi hija biológica

En esta ocasión os presentamos la traducción de una artículo publicado en el New York Times por una adoptada adulta, Nicole Soojung Callahan. El artículo se titula "Explicar la adopción a mi hija biológica" y podéis leerlo en inglés en el siguiente enlace.

Como siempre que traducimos un texto, éste no representa las ideas de la web o de las personas que participan en este blog, únicamente lo traducimos para que sirva de reflexión y para mostrar distintos puntos de vista a diferentes situaciones relacionadas con la adopción.
 
 
Mamá, ¿qué significa adoptado?” me preguntó mi hija el año pasado, con gran sorpresa por mi parte. Por alguna razón me chocó incluso que ella conociera esa palabra. Por supuesto no podía saber lo que significaba, ya que yo nunca le había explicado el significado de la palabra, ni le había dicho que yo era adoptada – aunque como adoptada, mi familia y mi vida se ha formado a través de la adopción, y saberlo es algo que siempre he dado por sentado.
 
Mi primer instinto fue probar de cambiar de tema o posponer la explicación. Pero era una conversación que sabía que no podía posponer sin fallar un examen fundamental de paternidad. El problema era que no podía recordar ninguna conversación con mis padres durante mi infancia que pudiera servirme de modelo.
 
Mis padres siempre parecieron dubitativos de al hora de hablar sobre mi adopción. Mi madre me decía: “Tu eres nuestra (hija), y eso es todo lo que importa”. Mi padre quizás decía: “A nosotros no nos importaba si era asiática, negra o violeta con lunares.” Bromeábamos sobre el hecho que no nos parecíamos, que el resto de personas sintiera curiosidad, que algunas veces hubiera preguntas invasivas sobre ellos. Estábamos todos unidos en querer que nuestra familia fuera vista como una familia normal. Pero mientras mis padres parecían no dar pensar mucho en mi adopción, en mis desconocidos padres biológicos, o al hecho que yo era una niña coreana criada por una familia blanca en una ciudad donde predominaban los blancos; yo siempre fui consciente de estas cosas y pensaba en ellas constantemente.

 
La adopción nunca es simple. Incluso después de reencontrarme con mi familia biológica, existen aun un montón de cosas que desconozco. Como por ejemplo cómo explicar la adopción a mi hija de 4 años.
 
La adopción es cuando un niño necesita a alguien para ser su mamá o papá, y alguien quiere cuidar de él,” empecé. “En vez de nacer de mis padres, nací de otros padres, y entonces le abuelo y la abuela me adoptaron cuando era un bebé y cuidaron de mi.” No fue una definición perfecta o completa de lo que significa adoptar, simplemente fue cómo decidí empezar.
 
Sabía que debía tener esta información dado que mi adopción afecta, y seguirá afectando, a nuestras vidas. Pero cuando la vi fruncir el ceño, incapaz de ocultar su preocupación, me culpé a mí misma por haber puesto esa mirada en su cara. No había pensado en cómo de extraña y aterradora podía sonar esa sencilla explicación. No creo siquiera que ella pudiera imaginar que unos padres quizás no se queden su bebé.
 
“¿Me van a adoptar a mi también?” preguntó.
 
“No,” dije. “La mayoría de los niños, como tú, viven con los padres de los que han nacido. Pero algunos, como mamá, son adoptados por otros padres también. Tú siempre serás mía y de papá.”
 
“Apuesto a que te gustaba más tu primera mamá,” me dijo. “Porque a mi me gustas más tú.”
 
“No recuerdo a mi primera madre,” dije. “nunca nos encontramos. Pero conoces a Haraboji? Él es mi primer padre, y es el padre de la tía Cindy también.”
 
Hablamos sobre adopción muy a menudo ahora. Algunas veces yo saco el tema. Algunas veces lo hace ella. Cada vez que tiene nuevas preguntas intento contestarlas de forma sencilla pero honesta. “Por qué el abuelo y la abuela no tuvieron su propio bebé?”(Lo probaron pero no pudieron.) ”¿Hablabais por Skype la tía Cindy y tu cuando erais pequeñas y no vivíais juntas?”(No, la tía Cindy y yo no nos conocimos hasta que fuimos adultas.). ”¿Tus primeros padres te echaban de menos?” (Algunas veces - creo que si lo hicieron.)
 
Me digo a mi misma que estas conversaciones son buenas, son necesarias. Mi hija debe conocer sobre la adopción y cómo ha dado forma a mi vida, y a la suya por extensión. Me digo a mi misma que ella sabe que yo siempre seré su madre, la que se ocupa de ella. Solo empieza ahora a entender qué es la adopción. Un día espero que va a ser capaz de hablar también con otras personas – mi padres, otros padres biológicos, otros adoptados. Un día espero que será capaz de entender las complejidades de la adopción.
 
Sin embargo, a veces no puedo evitar pensar que no debería haber hablado con ella por el momento. Me preocupa que respondiendo a la primera inocente pregunta sobre adopción y hablándole de mi propia experiencia a un niño tan pequeño, le haya dado nuevos motivos de preocupación. Antes de hablarle de mi adopción, no había tenido ninguna razón para considerar cómo sería ser abandonada, o dada a otras personas. Ahora lo hace.


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